SUFRIMIENTO de la FAMILIA de un ADEPTO

¿Qué hacer? ¿Cómo desprogramarle?

Si hubiese tenido la información que hoy tengo sobre las sectas destructivas religiosas, mi hija y yo estaríamos disfrutando del amor que nos tenemos. Los líderes de la secta no habrían podido separarnos.

¡Cuánto dolor! No obstante, el cómo actúan, el cómo logran cambiar a las personas, qué técnicas utilizan para robarles la voluntad, en qué momento empieza la persuasión coercitiva, eran hechos de los que yo no tenía conocimiento.

Todo inició sin aparentar peligro. Mi hija entró a recibir clases de canto en el Instituto de Música XTP, pero los dueños de éste también dirigen la secta religiosa. Y en poco tiempo, la apartaron de mí.

Jamás imaginé que a mi hija y a mí nos pasaría. En mis pensamientos siempre estaba que desarrollar en ella los buenos sentimientos y valores humanos, era la herramienta que ella necesitaría para defenderse en la vida. Imaginé que ayudándola a ser una buena persona, ella iba a reconocer cuando estuviera frente a la maldad y a la perversidad. Pensé que los ejemplos familiares que ella veía y recibía en el día a día sobre la honestidad, la verdad, la justicia, la honradez, el esfuerzo, el amor al prójimo, eran la mejor enseñanza que se le puede dar a un hijo. Ella era una hija tierna, amorosa, muy apegada a la vida familiar, tenía muchos sueños, metas por quien luchar y cumplir y sobre todo, las dos teníamos una maravillosa relación madre-hija. No existió un día que no me dijese “te amo, Anchita” (para las dos, “Anchita” es sinónimo de “mamacita”, apelativo cariñoso en Latinoamérica), con la ternura que siempre la caracterizó.

¡Una secta destructiva arrebató el amor de mi hija!

Las sectas destructivas están muy cerca de cada uno de nosotros y no nos damos cuenta. Creemos que somos tan inteligentes que las reconoceríamos enseguida, pensamos que en esas agrupaciones sólo caen personas débiles, que a nosotros jamás nos pasará y terminamos re-victimizando a las víctimas, al culparlas de haber sido captadas.

Toda secta destructiva tiene líderes que aparecen como ovejas y en realidad son lobos, son personas que siempre muestran una sonrisa amable, pero detrás de esa sonrisa existe maldad, astucia para controlar las mentes humanas mediante procesos coercitivos que, para no levantar sospechas, los  llaman retiros espirituales, ayunos, desarrollo espiritual, estudios bíblicos, capacitaciones para desarrollar el alma, entre otros, y es allí precisamente donde empiezan, mediante falacias, a cambiar a las personas.

Mi lucha por recuperar el amor de mi hija arrebatada por una secta religiosa destructiva seguirá siempre. Estoy segura que el amor que nos tenemos, nos volverá a unir. Hasta que eso suceda no puedo ser indiferente a esta perversa realidad que no se terminó conmigo, como ciudadana de mi país. En el amor en la justicia siento la obligación y necesidad de hacer un llamado a todas las madres del mundo para prevenir, pues el dolor que causan es muy profundo.

Por eso, esta sección estará dedicada a madres y padres de familia quienes recibirán información adecuada para prevenirlos sobre el sectarismo destructivo. Ya no sólo basta con educarlos y formar a nuestros hijos en principios y valores humanos es necesario, es urgente que nos eduquemos en temas de sectarismo destructivo, es la única herramienta con la que contamos para desenmascarar y denunciarlos socialmente. Así nuestros hijos sabrán cuándo están frente a estas agrupaciones peligrosas que no sólo son religiosas, también se podrían encubrir en agrupaciones culturales, gnósticas, humanísticas, filantrópicas, entre otras.

ESCRITO POR:

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